I. ARGENTINA Instrumento aborigen arqueológico, del noroeste argentino, de forma trapezoidal y de sección transversal elíptica. En su parte superior plana tiene dos agujeros cuadrados para colgarla y sujetar el badajo. Hay ejemplares de metal y otros de madera. Aquéllos alcanzan las mayores dimensiones –unos 30 cm de altura–, aunque pueden ser mucho más pequeños. Eran moldeados en cobre, aleado con una baja proporción de estaño. Casi todos fueron encontrados sin badajo, pero se supone que lo tuvieron originariamente. Dispuestos en una faja próxima al borde suelen tener diseños geométricos y caras humanas estilizadas en relieve, de probable connotación mágica, ya que los instrumentos habrían sido empleados en fiestas rituales. Es posible que los ejemplares más pequeños cumpliesen la función de cencerros. Las campanas de madera carecen de diseños simbólicos y habrían servido a esta última función. Algunas de ellas conservan los badajos, de madera o caña, generalmente varios en cada ejemplar. El área de dispersión geográfica tiene su centro, para las metálicas, en la región de los llamados valles calchaquíes; la dispersión del instrumento se extendió hacia el norte a la provincia de Jujuy, hacia el sur hasta la de San Juan y hacia el este hasta la de Tucumán. Las de madera se consideran originarias de Atacama (Chile) y se difundieron hacia el noroeste argentino, donde hallan su núcleo en la provincia de Jujuy.