I. ARGENTINA Voz guaraní que significa tambor grande. Es un tambor tubular de grandes dimensiones, de dos parches, cuya altura suele ser menor que su diámetro. Lo utilizan los aborígenes chiriguano-chané de Argentina en sus rituales. Se construye generalmente con un tronco ahuecado de cedro (Cedrela balansae) y dos cueros de corzuela (Mazama simplicicornis) o akutí (Dolichotis australis) que se cosen con fibra vegetal a sendos anillos de bejuco sobre los cuales se asientan dos aros obtenidos de una rama de tala (Celtis sellowiana) o afata (Sida rombifolia). Un tiento de cuero une ambos aros en zigzag. Puede presentar ornamentos en sus parches. Es de ejecución masculina, con un solo mazo. Recibe también los nombres de anguá tubicha (jefe de tambores) y anguá aretepé (tambor de fiesta). Es percibido como el componente femenino de una familia de membranófonos que actúan asociados en el acompañamiento de los toques de flautas. Su potente sonido –al que se le confiere cierto poder sobrenatural– sirve de convocatoria en los inicios de las celebraciones. Dentro del conjunto musical posee una función rectora del ritmo, marcando el pulso de las melodías y señalando –mediante variaciones en el esquema básico– los cambios coreográficos.